Las cosmogonías griegas narran el origen del mundo que parte del caos, para que en un acto de creación divina se imponga el orden. Esta acción marcará el principio del ser y del bien para el pensamiento griego, en donde el ser no puede ser lo informado porque el mal se acerca a la carencia de límite. Esta visión la recoge Hesíodo en su Teogonía y también Platón en el relato del demiurgo presente en el Timeo.
Cabe destacar que en las cosmogonías griegas el orden se va imponiendo de una manera violenta, por las luchas entre los dioses. La cosmogonía y cosmología de los antiguos griegos se encuentra profundamente vinculada. Sus elementos cosmológicos si bien prescinden de la mitología desde los razonamientos del primer filosofo griego, Tales de Mileto, se puede rastrear el origen de algunos de estos en ella.
La creación del universo
Para los griegos, el universo surge del caos, del cual una fuerza creadora empieza a tomar forma y se manifiesta como Eurínome. Eurínome, adoptando forma de paloma deposita un huevo que es calentado por Ofión, la serpiente primigenia. Una vez el huevo eclosiona, surge el universo, y de ahí Urano (el cielo) y Gea (la Tierra). Del matrimonio de la primera generación de dioses, su acto copulativo genera todas las formas de la Tierra y el firmamento, así como a las primeras razas de la tierra, los titanes y titánides. La Tierra creada es de forma circular, y rodeada completamente por el gran río Océanos. La superficie separaba dos mundos, el inframundo debajo, y arriba el firmamento como concebido a forma de un cascarón sólido.
Las teogonías griegas
La mitología griega también recoge en sus relatos el origen del Mundo. Pero debemos tener presente que para el pensamiento religioso griego una cosmogonía suponía no solamente el origen de nuestro mundo físico, sino también el origen de los dioses, el origen del hombre y la organización social. La literatura griega proporcionó diversos textos cosmogónicos, sin embargo la mayoría se conservan bastante mal. Entre ellos conocemos la teogonía de Hesíodo, la de Apolodoro en su Biblioteca, la teogonía de Eudemo, la de Jerónimo y Helanico, la cosmogonía de las Rapsodias y la recogida en el Papiro de Derveni, las cuatro últimas son conocidas como "Teogonías Órficas", ya que son atribuidas a Orfeo. Hay una serie de rasgos generales compartidos por estas cosmogonías griegas.
En primer lugar, el origen del Mundo parte de la organización de una materia primitiva, que a veces se organiza sola. El segundo concepto fundamental es el de los pares de contrarios. Este planteamiento permitía concebir un gran número de oposiciones: el bien y el mal, frío y calor, día y noche... Otro elemento característico de las cosmogonías griegas es que la ordenación del Mundo no se produce instantáneamente, sino que pasa por fases intermedias en las que aparecen criaturas monstruosas y míticas hasta que el desorden es definitivamente desplazado y desaparece. La teogonía trata de explicar no sólo el origen, sino la genealogía de los dioses. Recordemos también que estos dioses siempre estaban relacionados con los fenómenos naturales, dado que en tiempos remotos la naciente civilización no encontraba respuesta lógica y científica a lo que ocurría a su alrededor, daba explicaciones fantásticas en las que atribuía a seres supremos la responsabilidad por dichos fenómenos.
Hesíodo entre los siglos VII o VIII a.C.
Los estudiosos de la Teogonía
La teogonía de Hesíodo
De todos los relatos cosmogónicos griegos, la Teogonía de Hesíodo es la obra más antigua y mejor conocida de todas. Escrita entre finales del siglo VIII y comienzos del VII a. C., es la fuente de la que se nutre toda la mitología griega. Hesíodovivió en torno a l siglo VIII a. C. y ya entre los griegos tuvo la fama de ser él quien ordenó los mitos religiosos, organizando la genealogía de los dioses. En esta Teogonía podemos distinguir hasta cuatro fases: en la primera fase, parte de la existencia de Caos, y después de la Tierra, Eros, el Cielo y la primera generación divina; en una segunda fase, se describe la castración del Cielo por su hijo Cronos; en la tercera parte, Zeus logra no ser devorado por Cronos, su padre y toma el poder; y en la última fase, se narra la batalla de Zeus y los dioses contra los titanes.
IIliada y Odisea de Homero, Siglo VIII a.c
Las nueve musas de la mitología danzando
El poema de Hesíodo comienza con el Proemio, es decir, el preámbulo del poema donde Hesíodo explica su propia iniciación poética y cómo las Musas del Olimpo, hijas de Zeus se le presentaron para contarle la historia de los dioses, que él a su vez tendría que contar en lo que ahora todos conocemos como la TeogoníaEl autor nos describe el origen del Mundo como parte de una teogonía, siendo la formación del Mundo un tema secundario, porque, de hecho, a Hesíodo le interesa la "estirpe de los inmortales", como bien nos indica en su poema.
Hesíodo comenzó su obra con una invocación a las Musas, quienes le inspiraron en su poema y le instruyeron en su tarea. Hesíodo describe la experiencia como un encuentro místico con los dioses. Podemos pensar que esta descripción oscila entre lo que podría ser un recurso literario y una experiencia religiosa, en la que un dios se aparece a un mortal (pastor, campesino...) y le transmite unos conocimientos.